lauraname.jpg (3793 bytes)

fb2.gif (1086 bytes)
Inicio Sobre Laura Publicaciones Eventos Blog Contacto

 

Sueño profundo (II parte)
Relato finalista en el XXI Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción 2009 (UPV, España), y publicado en NGC 3660 (abril, 2010).                                                              Primera parte aquí.

Página 1 de 24

VIII

Roberts abrió su ordenador con su calma habitual, mientras Noé contemplaba la puerta de la recámara con creciente impaciencia. El tiempo transcurría sin que ésta se abriera ni Sasha diera señales de vida.

—El proceso puede tomar días, semanas o incluso meses— apuntó Roberts sin mirarlo—. Ella solo está haciendo un “acercamiento”.

—Precisamente— dijo Noé levantándose impaciente—. Es un “acercamiento”. Me gustaría saber si tiene posibilidades reales de establecer alguna conexión con Emanuel, con el robot o con ninguno de los dos.

—No creo que haya intentado acercarse al robot.

Noé frunció los labios, mirando la puerta de la recámara con pensamientos encontrados, pero temía interrumpirla. Era potencialmente peligroso irrumpir en la habitación donde un telépata estaba realizando alguna comunicación, en particular si éste no sabía que sería interrumpido. Era irritante. En las películas, los telépatas actuaban en sitios concurridos, rodeados de toda clase de distracciones, y eran capaces de leer los pensamientos de cualquiera en quien fijaran su atención. En la vida real, distaban mucho de ser tan emocionantes.

—¿Crees que puedo llamarla?— preguntó de improviso.

Roberts arqueó una ceja.

—¿Por qué los funcionarios siempre son tan impacientes?— preguntó en tono filosófico, sonriendo desdeñoso—. Déjala estar. Fue una buena telépata hasta que su vida se desmoronó. No creo que haya practicado mucho desde entonces. Le tomará tiempo ajustarse, eso si consigue establecer contacto. Si ha de fracasar con Emanuel, como es seguro, ya vendrá por sí misma y entonces podrás insistir en que intente contactar al robot, tal como tú quieres.

Noé fruncía el ceño, aún más contrariado. Estaba a punto de externar de nuevo su disgusto, cuando Sasha apareció en la puerta de la recámara.

—Sasha— dijo Roberts sonriendo con aquella calma desesperante—. No te esperaba tan rápido de vuelta. ¿Cuáles son tus impresiones?

Noé la miró algo confuso. No parecía la misma que había visto unos tres cuartos de hora antes, por la extraña expresión reflexiva que animaba su rostro.

—Mis impresiones aún no son precisas— dijo ella despacio, mirando a Roberts y luego a Noé con calma ponderativa—. Quería… quería establecer algunos datos antes de continuar…

—¿Entraste en contacto con Emanuel?— preguntó Noé frunciendo el ceño— ¿O probaste con el robot?

Sasha lo miró sin acusar su impaciencia.

—¿Cuándo llegó Emanuel a Aventura?— preguntó en cambio.

—¿La primera vez?— Noé se sintió sorprendido por aquella intempestiva pregunta— Hace unos… cuatro años y medio.

—¿Quieres decir que viajó constantemente de Aventura a otro lugar durante estos cuatro años y medio?

—Si, claro. Realizaba sus experimentos la mayor parte del tiempo allá, claro, pero vino en tres oportunidades a la Tierra y luego regresó a Calisto hasta… bueno, hasta la explosión.

—¿Sus robots viajaron con él todo el tiempo?

Última página de la I parte

-1-

Página siguiente >

 

 

Copyright Laura Quijano